domingo, 11 de agosto de 2013

La Cultura Vasca en el Exlio: New York (y 2)




Jesús de Galíndez nació en Amurrio (Álava-Araba) el 12 de octubre de 1915. Hijo de un médico oculista, al morir su madre se trasladó con toda la familia a Madrid. Estudió la carrera de Derecho en la Universidad Central (Complutense) de la misma capital. Fué en estos años cuando surgió en él un gran interés por todo lo relacionado con el País Vasco. Afiliado en 1932 al PNV, asistió asiduamente a los Cursos de Verano de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos en Donostia-San Sebastián. Metido de lleno en la asociación Euzko Ikasle Batza. Se licenció en Derecho el 20 de junio de 1936 (tesis: "El caserío vasco") y, a continuación, ocupó en la misma facultad una plaza de profesor ayudante en la cátedra de Derecho Civil, de la que era profesor Felipe Sánchez Román. Al iniciarse la guerra civil española (18 de julio de 1936) se creó en Madrid un Comité-Delegación del Partido Nacionalista Vasco, encargado oficialmente de proteger a los vascos que residían en la capital de España. Desde el primer momento se puso al servicio del mismo, del cual llegaría a ser Agregado Jurídico y encargado de la Sección de Presos y Desaparecidos. Su labor humanitaria, en apoyo de la política del ministro vasco Manuel de Irujo, hizo que muchos encarcelados vascos (y no vascos) gozasen nuevamente de la libertad. Durante la permanencia de Irujo como ministro de Justicia, Jesús de Galíndez desempeñó el cargo de Letrado Asesor de la Dirección General de Prisiones. La última parte de la contienda la pasó incorporado a la Brigada Vasco-Pirenaica (142 Brigada Mixta). De esta época es su libro de poesía Ensueños. Treinta ensayos poéticos, Barcelona, 1938. Como tantos otros combatientes republicanos, el 10 de febrero de 1939 cruzaba la frontera francesa camino del exilio. Gracias a los servicios del Cónsul de la República Dominicana en Burdeos pudo embarcarse en dirección a dicha República, llegando a la misma el 19 de noviembre de 1939. En esta isla del Caribe permaneció por espacio de seis años, los cuales le habrían de dejar una huella indeleble para el resto de sus días.
Un año más tarde se puso al frente de la Delegación del Gobierno Vasco en Santo Domingo, coincidiendo con su labor de profesor de Ciencia Jurídica de la Escuela de Derecho Diplomático y Consular. Su capacidad de trabajo y dinamismo hizo que se le nombrara secretario del Instituto de Legislación Americana Comparada de la Universidad de Santo Domingo y, un año antes de su salida de la isla, se le designó Asesor Legal del Departamento Secretaría de Trabajo y Economía. Al mismo tiempo se multiplicaba en conferencias y colaboraciones en revistas ("Revista Jurídica Dominicana", "Clío", etc.). De esta época son los escritos siguientes: Los problemas actuales del matrimonio y el divorcio ante los conflictos de leyes, Buenos Aires, 1942; La aportación vasca al Derecho Internacional, Buenos Aires, 1942; Programa de elementos de ciencia jurídica, Ciudad Trujillo, 1945; Principales conflictos de leyes en la América actual, Buenos Aires, 1945; Los vascos en el Madrid sitiado. Memorias del Partido Nacionalista Vasco y de la Delegación de Euzkadi en Madrid, desde setiembre de 1936 a mayo de 1937, Buenos Aires, 1945. En 1944 consiguió el primer premio en un concurso literario organizado con motivo del Primer Centenario de la República Dominicana. El trabajo se titulaba El Bahoruco y fue publicado, junto con cuatro ensayos más, bajo el título Cinco leyendas del Trópico, Ciudad Trujillo, 1944.
El 31 de enero de 1946 abandonó la isla de Santo Domingo, instalándose días más tarde en Nueva York (13 de febrero). Allí se puso a trabajar en la Delegación Vasca y colaboró con el Gobierno republicano español en el exilio en los trabajos que hicieron que las Naciones Unidas condenaran el régimen recién implantado.
Entre tanto continúa su labor de escritor. En agosto de 1946 envía la comunicación Raíces vascas en la doctrina del P. Vitoria al I Congreso Vitoriano, celebrado en Buenos Aires. En 1947 publica la obra El derecho vasco, Buenos Aires. Este mismo año sale de imprenta Divorce in the America, Búffalo, escrita en colaboración con Ireland. En el II Congreso de Escritores Vascos, organizado por la revista "Euzkadi" de Caracas, consigue el premio con su trabajo La revolución francesa repercute en Euzkadi. En 1948 viajó a Europa para tomar parte en el Congreso Internacional de Estudios Vascos y en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que iba a tener lugar en París. Al Congreso aportó los siguientes trabajos: Un siglo de lucha por la libertad vasca; Valor de los Fueros Vascos considerados según las circunstancias históricas que les dieron origen; Los vascos en la lucha por la libertad de América; Semejanza entre los Fueros de Ayala y Bizcaya. Vuelto a Nueva York (1949), quedará al frente de la Delegación Vasca. Este mismo año aparecerá su escrito El divorcio en el derecho comparado de América, México, 1949. Su trabajo aumenta en gran manera. De todas partes le piden conferencias, comunicaciones, colaboraciones para periódicos, etc. Publica la obra Estampas de la guerra, Buenos Aires, 1951. Envió una comunicación sobre Protección de algunos derechos humanos en documentos Constitucionales Vascos, especialmente de los siglos XV y XVI, a la Conferencia Internacional de la "International Bar Association", celebrada en Londres. Poco después logró un premio especial en los Juegos Florales Catalanes de Nueva York, con su trabajo La Confederación del Pirineo, en la época del Príncipe Carlos de Viana y de Gerona. Por las mismas fechas se le nombraba profesor de Derecho Público Hispanoamericano y de Historia de la Civilización Iberoamericana, en la Universidad de Columbia; da a la imprenta un nuevo escrito, La inestabilidad constitucional en el derecho comparado de Latinoamérica, México, 1952, y al final del curso universitario hace un nuevo viaje a Europa. Su nuevo curso versó sobre La civilización hispanoamericana, política y cultural. Pronuncia gran número de conferencias, colabora en "Excelsior", de México, y se le nombra secretario del Comité Ejecutivo de la Asociación de Profesores Universitarios sobre temas de Hispanoamérica. En 1953 aparece su escrito Nueva Fórmula de Autodeterminación política de Puerto Rico (México) y un año más tarde el volumen Iberoamérica>. Su evolución política, socio-económica, cultural e internacional, Nueva York, 1954. Esta documentada obra produjo escándalo en algunos medios, sobre todo en la República Dominicana, donde pronto se publica un folleto contra el libro y su autor. Metido de lleno en las actividades públicas neoyorquinas, fue presidente durante dos años (hasta la Junta de 1956) del Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos, y Secretario de Publicidad de la Federación de Sociedades. En estos años cursó también la carrera de Filosofía, cuya tesis doctoral versó sobre La era de Trujillo: un estudio casuístico de dictadura hispanoamericana, que fue aceptada formalmente por la Universidad de Columbia el 27 de febrero de 1956.



 En ella hace un estudio documentado de la dictadura trujillista en la República Dominicana. Días más tarde (12 de marzo), Jesús de Galíndez desaparecía de forma misteriosa, como tantos otros elementos que se atrevieron a atacar el régimen de Trujillo. El acontecimiento causó conmoción en el mundo entero. Ya desde el 1946 vivió preocupado por su destino final, como lo prueban ciertas declaraciones hechas a sus amigos. El 5 de junio de 1956 en ceremonia solemne, la Universidad de Columbia le otorgó "in absentia", el grado de Doctor en Filosofía. Su tesis sería publicada el mismo año en Santiago de Chile.
Colaboró en gran número de publicaciones, entre ellas: "Eusko Jakintza", "B. A. de E. V.", "Revista de América", "Ibérica", "Hogar", "Cuadernos Americanos", "Gernika", "América", “España Libre”…

Jon Oñatibia y Jesús de Galíndez con los dantzaris  de Nueva York, 1950

Jon Oñatibia había nacido en Oiartzun, Gipuzkoa, el 24 de noviembre de 1911. Estudió derecho en Zaragoza donde se licenció, aunque nunca ejerció como abogado. Entre 1937 y 1939 formó parte del grupo Eresoinka con el que actuó en Francia, Bélgica, Holanda e Inglaterra. En 1940, se exilió en Caracas y, en 1941, comenzó su propia carrera musical. Estudió en el Conservatorio de Caracas y acabó  convirtiéndose en el director del mismo.
El 27 de agosto de 1946, se trasladó a Estados Unidos. Entre 1947 y 1950, estudió en el New York College of Music, tomando cursos de composición, órgano, canto gregoriano,… Trabajó para llevar la música religiosa a la máxima expresión, bien como instrumentista (piano y órgano) o a través de los coros que ha dirigido en las iglesias de Saint Ignatius y La Milagrosa. Pero, a Oñatibia se le deben dos iniciativas culturales más: la edición del periódico Argia en lengua vasca y el grupo Euzkadi.
De su etapa neoyorquina nos queda Neke ta Poz. Erbesteratu baten oroitzapenak (Fatiga y alegría. Recuerdos de un desterrado),  Donostia, 1983[1]. Se trata de unas memorias noveladas que tienen una fuerza especial. Además, son un magnífico retrato de la vida de un exiliado/emigrante que trata de abrirse camino en la gran ciudad.




Oñatibia grabó en 1954 un disco de música vasca (txistu y canto) producido y grabado por Moses Asch en la legendaria Folkways (en la que grabaron, entre otros, Woody Guthrie, Pete Seeger,  Phill Ochs,…)[2].






[1] Hay una traducción al castellano de Jesús Iturriotz.
[2] http://media.smithsonianfolkways.org/liner_notes/folkways/FW06830.pdf

lunes, 17 de junio de 2013

La Cultura Vasca en el Exilio: Nueva York (I)


La guerra civil española de 1936-1939 llevó a Nueva York a un pequeño grupo de exiliados en su mayoría profesores universitarios. Este es el caso de Pedro Carrasco, Gloria Giner de los Rios, José López Rey, Fernando de los Rios, Félix Martí Ibáñez, Alfredo Mendizabal (New School for Social Research), Hernán Poza,…[1] También se asentaron artistas como Esteban Vicente, Lucio López-Rey, Fernando Teixidor,…[2] Por lo que se refiere a los vascos, en un primer momento, destaca un colectivo relacionado con la Delegación Vasca. Manu Sota, Jon Bilbao, José Antonio Agirre y, más tarde, José de Galindez o Yon Oñatibia.

Manu de la Sota (1945)

El nombre más destacado del exilio cultural vasco en Nueva York fue Manu de la Sota. Hijo del naviero Ramón de la Sota, había estudiado derecho en las Universidades de Salamanca y Cambrigde. Destacó siempre en el mundo de la cultura: impulsor del teatro popular vasco fue uno de los editores de la revista Hermes. En Madrid, se relacionó con los escritores de la llamada “generación del 27” y colaboró en la Revista de Occidente, Litoral o La Gaceta Literaria. Fue miembro correspondiente de la Academia de la Lengua Vasca. Gran aficionado al deporte, fundó la revista Pyrenaica y fue presidente del Athletic Club de Bilbao.
Al estallar la guerra, Manu de la Sota organizó diferentes actos propagandísticos en torno al futbol. Así nació el equipo Euzkadi pensado como selección nacional vasca. En abril de 1937, el equipo formado por grandes jugadores vascos inició una gira por Europa para recaudar fondos. En agosto de ese año, el presidente le encargó preparar un grupo musical y de danzas, naciendo así Eresoinka[3].
En 1938, el presidente vasco le envió a Estados Unidos para gestionar actuaciones tanto del equipo de futbol como de Eresoinka. Sin embargo tras el viaje del titular, Antón de Irala, a Francia, Manu Sota tuvo que hacerse cargo de la delegación[4].
A principios de 1939, Manu de la Sota fundaba en Nueva York la Basque Cultural Society, y, dentro de ella, además, se creó un Grupo de Jóvenes Vascos[5]. Poco después, se consolidaba la BCS, presidida por Martitegui, un vasco-americano de segunda generación. Las primeras actividades fueron la formación de un grupo de danzas y la creación de una biblioteca de temas vascos[6].
En los años de la Segunda Guerra Mundial, la Delegación Vasca en Nueva York y, sobre todo, Manu Sota, insiste en la acción cultural:

“A mis tareas de la Delegación se une el que estoy dando todos los sábados un ciclo de conferencias en el Centro Vasco sobre Historia Vasca, y para ello tengo que andar revolviendo libros en la biblioteca pública (una de las legítimas maravillas del mundo), lo que me lleva mucho tiempo. Pero estas tareas me llenan de satisfacción, porque a nuestros compatriotas de aquí, sumidos en ignorancia patria, les estoy descubriendo un extraordinario mundo vasco que ellos desconocían[7]”.

Tras el regreso de Anton de Irala a la Delegación de Nueva York en 1942, aún sin abandonar todas sus actividades en la representación vasca, Sota va a dedicarse más intensamente a la actividad cultural. Entre ese año y 1945, fue profesor de Derecho comparado en la escuela libre de Altos Estudios de Nueva York. Dirigió asimismo la revista Basques.



Resumen de su experiencia neoyorquina fue la novela Yanki hirsutus, conversaciones sin importancia sobre los habitantes del nuevo mundo anglosajón  publicada por la Editorial Sudamericana de Buenos Aires en 1949[8], una visión del mundo americano con mucha carga irónica. El libro es la crónica del viaje que Sota, de formación británica, hace a la sociedad americana. Como va aprendiendo a conocer al país y, al final, tenía “Estados Unidos dentro de sus huesos”. Es, quizá, la mejor crónica, de cómo la pequeña comunidad vasca exiliada en Nueva York va asimilando una nueva forma de vida, tan práctica, tan democrática.



Manu Sota se convirtió además en una especie de asesor de “lo vasco” (para ser exactos, de la identidad democrática vasca) en los años de la II Guerra Mundial. Así que colaboró en el libro juvenil White Stars of Freedom  de Mirim Isasi y Mercena Burns Deny, la historia de un joven pastor vasco que, tras nacionalizarse, ingresa en el Ejérciito americano[9]. La obra, que llegó a ser recomendada por Eleanore Roosevelt, tuvo un gran eco en los años de la II Guerra Mundial(San Diego Union, 1942-11-15).
Sin embargo, donde la mano de Sota está más clara es el la novela de Nea Colton, The Rivers are Frozen[10], que toma su título de una vieja canción vasca: “Goiko mendijan edurra dago/errekandian izotza” (Hay nieve en lo alto del monte, los riachuelos estás helados). Nea Colton dedicó la novela, que es un retrato magnifico de la comunidad vasca de Nueva York en los primeros 1940, a su madre y al propio Manu de la Sota, “en gratitud por su ayuda”.

Notas bibliográficas de J. Bilbao

El 28 de marzo de  1938, llegaba a Nueva York a bordo del Borinquen procedente de San Juan de Puerto Rico Jon Bilbao Azkarreta . Se había exiliado en 1937 y, al haber nacido en Cayey, donde tenía familia, intentó sin éxito ingresar en la Universidad de Puerto Rico (a donde había llegado en septiembre de 1937). Se había licenciado en Letras por la Universidad Central de Madrid. Al estallar la guerra, se encontraba haciendo el servicio militar en la Escuela de Complemento de Garellano. Poco después, se fue como voluntario para cubrir las bajas del Ejército (republicano), Después, al frente de Amurrio y, luego, al formarse en Ejército vasco, entró en la unidad de Zapadores con el grado de capitán. Caído Bilbao, logró salir desde Zierbena, llegando a Bayona. Ingresó en la Universidad de Columbia donde tuvo como profesores a Tomás Navarro Tomás o a Federico Onis, graduándose en Estudios Hispánicos en mayo de 1939. Pero ocurrió algo más. Gracias a Federico Onis, con quien mantuvo relación hasta su muerte, comenzó a interesarse por la bibliografía. Se iba a convertir en el padre de la bibliografía de estudios vascos. Años más tarde escribió: “Mi técnica bibliográfica viene a ser la misma que usaba don Federico. La clasificación en materias se basa en la usada por la Biblioteca de del congreso de Washington con algunas aportaciones de la Biblioteca Pública de Nueva York”[11].
Entre 1939 y 1940, fue subdelegado del Gobierno vasco en Boise. Tras la ocupación de Francia y ante la falta de fondos, ingresó en la Universidad de California-Berkeley donde, además de los estudios hispánicos, siguió con la bibliografía de estudios vascos. Comenzó a ejercer la docencia en el Instituto de Lingüistica de South Carolina hasta que el presidente Aguirre le pidió que se trasladase a Nueva York.
En 1942, regresó a Nueva York, ingresando como profesor en la New York University (1942-1944), al mismo tiempo que colaboraba con la Delegación del Gobierno Vasco. En este periodo, fue editor asociado de la Revista Belga, primero, y de Ambos Mundos, más tarde.

J. G. Mayaud y Luis J. Navascués


Un hombre destacado del exilio vasco en Nueva York fue Luis Jesús Navascués. Nacido en Tafalla, Nafarroa, hacia 1910. Realizó sus estudios en Madrid donde se inscribió en la Agrupación de Estudiantes Vascos. A terminar, ingresó como funcionario en el Ministerio de Comercio. En 1933, se casó en Madrid con Nancy Howard. Los dos hijos mayores nacieron en la maternidad americano-británica de Madrid  (British American Nursing Home). El segundo de los hijos, Miguel, nació en plena guerra, el 19 de agosto de 1936. La madre y los hijos pudieron ser evacuados  instalándose en Brooklyn, de donde era natural Nancy. Finalmente, en 1938, Navascués  se exilió desde Suecia (donde había sido agregado comercial), llegando a Nueva York el 3 de marzo de aquel año.
En 1939, comenzó a trabajar en el departamento de Lenguas Romances de Franklyn & Marshall College, en Lancaster, Pennsylvania, uno de los centros más antiguos y prestigiosos de Estados Unidos. En 1942, se incorporó a la New York University, comenzando su colaboración con la Delegación Vasca. Fue director de la Revista Belga para América Latina hasta 1945, con Jon Bilbao como subdirector. Posteriormente, dirigió Ambos Mundos hasta 1947. En 1948, regresó a Lancaster, trabajando durante años en el Departamento de Lenguas Romance.
El presidente vasco, José Antonio Aguirre logró ponerse a salvo en América tras atravesar la Europa ocupada por los nazis, pasando por Berlín. La noticia del la odisea del lehendakari había conmovido a la opinión americana. El diario socialista argentino La Vanguardia llegó a definirle como “símbolo del espíritu de lucha del pueblo vasco”. En aquellos días, dos exiliados, Andrés de Irujo y Ollo e Ixaka López de Mendizábal, con apoyo del delegado vasco, Ramón María de Aldasoro, y del impresor Sebastián de Amorrortu –primer impresor de Sabino de Arana- ultimaban los preparativos de la puesta en marcha de una editorial vasca que se llamará Ekin (hacer).
Discutían Irujo y López Mendizábal sobre la línea que debía seguir la editorial. Mientras que el primero se inclinaba por los temas políticos y jurídicos, el segundo, lo hacía por una opción más culturalistas. Por otro lado, Irujo pensaba que las personalidades vascas que había llegado al exilio debían contar sus experiencias. La llegada a Buenos Aires de Aguirre resolvió la cuestión: un editor se encargaría de unos temas, y el segundo, de los otros. El inquieto Irujo logra convencer a Aguirre y éste se pone inmediatamente a escribir. En los días que pasa a bordo del “Uruguay”, rumbo a Nueva York, tiene casi lista la primera redacción del manuscrito. El día 30 de diciembre de 1941, escribe a Manuel de Irujo, exiliado en Londres que ya lo había terminado[12]. Sin embargo, Aguirre decide añadir un capítulo “El Mensaje de Guernica a las Américas”. Por fin, el 20 de mayo de 1942, finalizaba la redacción de De Guernica a Nueva York pasando por Berlín.
El 1 de Septiembre de 1943, Andrés de Irujo escribía a Aguirre para comunicarle las últimas noticias sobre su libro:

“...comunicarte que DE GUERNICA A NUEVA YORK PASANDO POR BERLIN está en planchas para proceder a su tirada, después de haber sido el original sometido a las censuras más rigurosas.
Hablando de la hora podemos asegurarte un éxito rotundo. Hasta ahora, dos editoriales tenemos comprometidas para la distribución y una organización particular de ventas para la capital, además de nuestra organización propia que llega a todos los países de América, con excepción de Canadá, Ecuador y las Guayanas, y a tres países de Europa, Portugal, Irlanda e Inglaterra[13]”.

El 15 de septiembre de 1943, la editorial vasca Ekin de Buenos Aires publicó la primera edición de De Guernica a Nueva York pasando por Berlín. Fue un trabajo primoroso y, hoy, una auténtica pieza de bibliófilo[14]. De ella, se encargó personalmente Sebastián de Amorrortu. Vigiló la composición y el montaje, corrigió las pruebas y siguió de cerca la encuadernación- El éxito del libro es fulminante lo que, por otro lado, daba la razón a Andrés de Irujo. La tirada, de 5000 ejemplares,  se agota rápidamente y, así, la segunda edición en castellano –como algunas pequeñas correcciones- aparece el 14 de febrero de 1944.  De esta se hizo una tirada de 3.000 ejemplares[15].
El éxito de la edición en castellana hizo que los colaboradores de José Antonio de Aguirre en Nueva York y, en especial, la escritura judía Nea Colton, piensan en una edición inglesa para Estados Unidos. Esta última consigue que la Editorial Mac Millan –la misma que, por ejemplo, publicó Lo que el viento se llevó (Gone with the wind)- se interesa por el manuscrito. De la traducción se encarga la esposa de Luis Navascués, mientras que Nea Colton se encarga de darle “forma editorial”. Se elige un título contundente: Escape via Berlin.



La traducción y encontrar el tono necesario no estuvo exenta de dificultades. Tantas que Aguirre había llegado a perder las esperanzas de que finalmente se pudiese publicar en inglés al considerar que el texto iba perdiendo actualidad:

“Las traducciones son muy difíciles, nos han llevado mucho tiempo y no han sido concluidas hasta hace un mes, y por añadidura no estoy satisfecho[16]”.

Los temores del Lehendakari no se cumplieron. También en este caso, los más influyentes medios de comunicación de Estados Unidos se hacen eco del libro: The New York Times, New York Herald Tribune, The New York Post, The New York Sun, Harper’s Magazine, The New Centinel (Knoxville, Texas), The San Francisco Chronicle,… revistas como la católica America –que, durante la guerra civil, había sido uno de los principales baluartes del bando franquista en Estados Unidos-, The Christian Science Monitor (Boston), The Saturday Review of Literature, New Yorker,... Destacan, asi mismo, firmas como las de Henry B. Kranza, Roland Kilbon, Geral V. Jonson, Clip Butel, Francis Hackett, Bertrand D. Wolf, el jesuita John La Fargue y, especialmente, Jay Allen, un periodista pro republicano que había sido corresponsal durante la guerra civil y que, en 1938, había asesorado a la Delegación vasca de Nueva York. Casi inmediatamente aparece una edición iglesia británica con el título Freedom was flesh and blood, tomado de un versos del poema épico del escritor británico C.Day-Lewis, publicada en Londres por Víctor Gollancz, el editor de, entre otros, de Orwell y de la célebre colección Left Book Club.
The New York Times llegó a publicar dos artículos sobre el libro escritos por Hackett, uno, y Wolfe, el otro. A Francis Hackett le llama atención su postura ante la Iglesia : “This Basque is honest about the conflict between the Church in Spain and the Chrch Universal. (…) His book is a democratic document. (…) The Tree of Gernika is a tree of life” (“Este vasco es honesto sobre el conflicto entre la Iglesia en España y la Iglesia universal. (...) Su libros es un documento democrático. (...) El Árbol de Gernika es un árbol de libertad”)[17]. Beltran D. Wolfe se refiere a Aguirre “como líder de los católicos vascos” y asegura que, “como defensor de la unidad Panamericana tiene algunas sugestiones que hacer a nuestro Departamento de Estado[18]”.
El éxito de ventas de la versión inglesa del libro de Aguirre, permitió al presidente vasco vivir de forma un poco más desahogada. En una carta de Julio de Jáuregui, se refería a esta cuestión:

                                                                                   “Supongo que le gustará saber que el libro de Aguirre, ‘De Guernica a Nueva York, pasando por  Berlín’, ha sido editado con gran éxito de ventas por una importante casa editora de Nueva York, y que este mes lo editará otra en francés en Canadá y que el mes que viene se editará en Londres. Celebraría que José Antonio que nunca se ha preocupado de asuntos económicos propios, se encontrara con muy buenos ingresos, por el éxito justo y merecido del libro[19]”.
                                                                                 
Se hicieron cinco ediciones en inglés: dos en Estados Unidos, la primera, aparecida en noviembre de 1944, titulada Escape Via Berlin (New York: Mac Millan) y otra, en Gran Bretaña, bajo el nombre Freedom was flesh and blood cuya primera edición salió a la venta en mayo de 1945 dentro de la oferta del Left Book Club y, poco después, una edición comercial. La primera edición americana, para sorpresa de todos, incluida la casa editorial, se agotó rápidamente, lo que dio lugar a una segunda edición[20]. El 1991, la Universidad de Nevada (Basque Series) publicaba una nueva edición de Escape Via Berlin, con una introducción y anotaciones del profesor Robert P. Clark[21].




[1] Carlos Sáenz de la Calzada, “Educación y pedagogía”, en José Luis Abellán (dr),  El Exilio español de 1939 Vo.3, Madrid (1976): Taurus, pp.227-229.
[2] Vicente Llores, “La emigración republicana de 1939”, en José Luis Abellán (dr), Opus cit. Vol.1, pp. 199-200.
[3] José Antonio Arana-Martija, Eresoinka. Embajada cultural vasca 1937-1939, Vitoria-Gasteiz (1986). Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco.
[4] Koldo San Sebastián , Opus cit. pp.70-71.
[5] Carta de Ramón de la Sota a Antón de Irala, Nueva York, 6-IV-1939.
[6] Carta de Ramón de la Sota a Antón de Irala, Nueva York, 18-IV-1939.
[7] Carta de Manu de la Sota a Manuel de Irujo, New York, 18-II-1941.
[8] Manuel de la Sota, Yanqui hirsutus, Buenos Aires (1949): Sudamericana.
[9] Isasi & Denny, White Stars of Freedom, New York (1942): The Junior Literary Guild.
[10] Nea Colton, The Rivers are Frozen , New York (1942): Coward-Mc Cann.
[11] Jon Bilbao, Bibliografía, en Primer Congreso General de Historia de Navarra. I. Ponencias. Anejo 6-1987, pp.58-59.
[12] Carta de José Antonio de Aguirre a Manuel de Irujo, Nueva York, 30-XII-1941.
[13] Carta de Andrés M. de Irujo a José Antonio de Aguirre, Buenos Aires, 1-IX-1940. GV 133-1.
[14] De esta, se hizo una tirada de cien ejemplares en papel especial para regalos del autor (Carta de Andrés de Irujo a José Antonio de Aguirre, Buenos Aires, 3-III- 1944. AI 142-1).
[15] Carta de Andrés M. de Irujo a Manuel de Irujo, Buenos Aires, 11-XII-1943.
[16] Carta de José Antonio de Aguirre a Manuel de Irujo, New York, 1-II-1944 GE 467-1
[17] The New York Times, Saturday, November, 11, 1944.
[18] Bertram D.Wolfe, “Basque Spokesman”, The New York Times Book Review, Sunday, 19-XI-1944.
[19] Carta de Julio de Jáuregui a Francisco de Arregui, México, 23-XI-1944.
[20] Carta de Antón de Irala a José Ignacio Lizaso, New York, 24-I-1945 GE 469-1.
[21] Koldo San Sebastián, “’Escape via Berlin’, de José Antonio Aguirre, reeditada en Estados Unidos”, Deia, 26-I-1992.

viernes, 19 de abril de 2013

COCINEROS VASCOS EN LA II GUERRA MUNDIAL



Los vascos participaron en la II Guerra Mundial en todos los ejércitos y especialidades: fueron soldados de infantería, pilotos de combate, conductores de blindados, espías, espías, paracaidistas, guerrilleros en las selvas filipinas o maquis en la Resistencia francesa… Se ha escrito poco sobre los cocineros vascos, en su mayoría vizcaínos, que navegaron en todo tipo de barcos, especialmente de la US Navy: desde portaviones a destructores, pasando por transportes de tropas, buques-hospital,… Algunos, como Juan Altonaga,  descansan para siempre en las profundidades del océano.
Tras la primera guerra mundial, la Marina mercante vasca entró en crisis (después de haber conocido años de enorme prosperidad). Muchos marinos profesionales tenían dificultades para embarcar o vieron reducidos sus sueldos. De forma paralela la Marina comercial de Estados Unidos vivía sus mejores momentos. Pero, hacían falta tripulantes con experiencia. Todo ello coincide con el inicio de las restricciones a la inmigración a ciudadanos españoles, a los que solo les quedaba la entrada ilegal en el país.
Centenares de marinos vascos “saltaron del barco” entre 1920 y 1959. Es decir, desertaron de buques de pabellón español, consiguiendo embarque en otros de registro americano. Gracias a una ley de 1906, aquellos que navegaban más de tres años en un buque con la bandera de las barras y estrellas podían solicitar la nacionalidad.
La mayor parte de los marinos vascos (casi el 90 por ciento) se concentran en los puertos atlánticos, sobre todo en el de Nueva York. Los más demandados son mecánicos, engrasadores, bomberos, camareros y, singularmente, cocineros. Navegan en los correos que enlazan puertos americanos o los que cruzan el Atlántico. En la cocina había de todo: chef-jefes de cocina, ayudantes, carniceros, marmitones. En 1934, todos los empleados de la cocina del American Legion (un correo que hacía la ruta por la Costa este de Sudamérica y Bermudas) eran vascos: Pedro Aberasturi (jefe de cocina), Juan Naverán, Amalio Elorriaga, Pascual Ydoyaga y Julio Aberasturi (List or manifest of aliens empoyed on the Wessel American Legion, March, 19th, 1934).

La movilización

Cuando Estados Unidos entró en guerra, los vascos de Nueva York, como los de otros rincones del país, se alistaron o fueron movilizados. Algunos de estos, como Antolín Pedernales, Edward Lamiquiz o Ángel Viña, eran euskaldunes nacidos en la ciudad. Viña estuvo destinado en el destructor Champlin. Uno de los marinos neoyorquinos más condecorados, fue Richard Ydoyaga que estuvo embarcado en los destructores Maddox e Izard. Nacido en Ibarrangelu,  había emigrado con sus padres a Nueva York siendo un niño. Su padre, Felipe, trabajaba como cocinero en los barcos-correosque hacían la ruta entre Nueva York y La Habana. Había estudiado en la New York State Merchant Marine Academy y, en la Armada, fue oficial de máquinas. María Benta Rementeria fue enfermera de la US Navy. Eisenhower le nombró “Asistant Chief of Nursing of the United States Navy”.

Cocina en tiempos de guerra

Entre 1942 y 1947, uno 800 vascos participaron en la II Guerra Mundial trabajando en las cocinas de los barcos de guerra, transportes militares y barcos mercantes, sobre todo, de Estados Unidos, pero también de Gran Bretaña, México o República Dominicana.

Los cocineros vascos del Acadia

Durante la segunda guerra mundial fueron muchos los cocineros vascos enrolados en transportes trasportes de tropas. En estos barcos, había dos cocinas: una para los soldados que transportaba, y otra para la tripulación. Por ejemplo, en el famoso barco hospital Acadia que estuvo en  el desembarco en el norte de África los vascos copaban estas dependencias. En el mismo, viajaban como cocineros del barco: Luis Orbe (chief cook), Juan Ugalde, Francisco Cayero, Julián Zabala, Jesús Aberasturi y Pedro Yturregui. Como cocineros del Ejército iban a bordo, Esteban Azpiazu (chief army cook), Antonio Alluntiz y Ricardo Yturregi.
El Acadia fue uno de los llamados buques taxis. Había sido un barco de carga y pasaje hasta su incorporación a la Armada como hospital. En su primer viaje a Argelia, llevaba tropas, para luego regresar con los heridos. Esto, de hecho, suponía una violación de la convención de Ginebra.  A su regreso, Manu Sota, el delegado del Gobierno vasco,  preguntó a uno de ellos por la experiencia: “Yo con cocinar ya tenía bastante sin ver nada más” (Euzko Deya, México, 1: 1-03-1943). Él  estaba “a setas”.



Galones de cocinero de la US Navy

Nombre
Nacido
Buque
Empleo
Antonio Aberasturi
G. Arteaga
SS Veragua
Jefe de cocina
Benito Aberaturi
G.Arteaga
SS Argentina
Jefe de carniceros
Jesús Aberasturi

SS México/ SS Acadia/ General R L Howze
Tercer cocinero/Jefe de cocina
Leon Aberasturi

SS Atenas/SS Farifax
Cocinero/Jefe de cocina
Pedro Aberasturi
G.Arteaga
SS Edmund B. Alexander
Jefe de cocina
Ildefonso Aizpuru
Murueta
S.S. Frances Y Slanger
3er. Cocinero
Benito Alegría
Sukarrieta
SS Borinquen
Cocinero
Antonio Alluntiz

SS Acadia/ General R L Howze
Cocinero (Ejer.)
Teofilo Alluntiz
G.Arteaga
SS Frances Y Slanger/SS Santa Isabel
Carnicero jefe/Jefe de cocina
Dionisio Altonaga

SS Edmund B. Alexander
2º Cocinero
Juan  Altonaga

Falleció en la guerra
Mayordomo/cocinero
Gregorio Anchustegui

SS Veragua/ SS Edmund B. Alexander
Segundo cocinero
Pedro de Arana

SS Argentina
Porter
Cirilo Aranguena

SS Borinquen
Cocinero
Vicente Arrasate
Mundaka
SS Miss.Santa Cruz/SS Santa Teresa
Jefe de cocina
Esteban Aspiazu
Gernika
SS Acadia
Jefe de cocina (Ejer.)
José I. Beldarrain

SS Edmund B. Alexander
Cocinero
José Betanzos

SS Santa Elena
Segundo Cocinero
Santos Bidegain

SS Frances Y Slanger
Segundo carnicero
Ramón Bilbao

SS Santa Elena
Ayt. Chef
Galo Busturia
Busturia
SS Edmund B. Alexander
Marmitòn
Francisco Cayero

SS Acadia
Cocinero
Luis Cendagorta
G.Arteaga
SS Jamaica
3er. cocinero
Felix Cengotitabengoa

SS Donald W Bain
Cocinero
Anastasio Cigorraga
Mundaka
SS México
Cocinero
José Echevarria
Mundaka
SS Argentina
Tercer cocinero
Amalio Elorriaga
Bermeo
SS Santa Teresa
Segundo cocinero
Eugenio Elorriaga
Bermeo
SS Santa Elena
Chef-jefe de cocina
Martin Elorriaga

SS Santa Elena/SS Santa Isabel
Carnicero
Castor Fradua

SS Santa Elena
Tercer cocinero
Albert Garay
Bermeo
SS Ticonderoga
Cocinero
Jose Garay
Bermeo
SS Jamaica
Jefe de cocina
Martin Gondra
G.Arteaga
SS Santa Elena
Segundo cocinero
Valeriano Goyenechea
Bermeo
SS James Barbour
Fregaplatos
Esteban Larrinaga
Arrieta
SS Paul H Harwood
Cocinero
Angel Monasterio
Dos Caminos
SS Uruguay
Jefe de Cocina
Francisco Monasterio

SS Steelore/ SS Argentina/SSThomas MacDonough
Panadero jefe
Marcos Monasterio
Ibarrangelu
SS Fairfax
Jefe de cocina
Julian Muruaga
Bermeo
SS Uruguay
Jefe de cocina
“Nick” Naverán
G.Arteaga
SS Veragua
Cuarto cocinero
Gregorio Oleaga
Mundaka
SS Jamaica
Segundo cocinero
Eusebio Orbe
Arrieta
SS George Washington
Segundo cocinero
Luis Orbe

SS Acadia
Jefe de cocina
John Pedernales
Bermeo
S.S. Frances Y Slanger
Pantryman
Juan M. Sagasti

SS Thomas Mac Donough
Cocinero
Mateo Sustacha
Gorliz
S.S. Frances Y Slanger/USAT 356
Jefe de cocina
José Ugalde Zabala
Busturia
SS México
Jefe de cocina
José Ugalde
Busturia
SS México
Segundo cocinero
Juan Ugalde

SS Acadia
Cocinero
Julián Ugalde
Busturia
SS Cape Bon
Cocinero
Angel Uriarte
Busturia
SS Aztec/SS William Moultrie
Jefe de cocina
Antonio Uribe
Busturia
SS Jamaica
5º cocinero
Juan Uribe

SS Santa Elena
Carnicero
Adrian Urrutia
Mungia
SS Edmund B. Alexander/ S.S. Frances Y Slanger
Pantryman
Eugenio Urrutia
Errigoiti
SS ER Kemp
Jefe de cocina
Donato Vidasolo
Bilbao
SS General R.E. Callan
Carnicero jefe
Severo Ybargüen
Ibarrangelu
SS Argentina
Tercer cocinero
Fermin Ynchausti

SS Borinquen/SS Charles A Stafford
Cocinero
Fabian Ynunciaga
Bilbao
SS México/SS Benjamin H. Latrobe
Panadero(Jefe de cocina).
Ramón Ytuarte
Ibarrangelu
SS Borinquen
Carnicero
Andres Yturraspe
G.Arteaga
SS Intrepid/SS Houston
Cocinero
Pedro Yturregui
Mungia
SS Acadia
Cocinero
Ricardo Yturregui

SS Acadia
Cocinero (Ejer.)
Juan Zabala

SS Acadia
Cocinero
Lorenzo Zabala

USAT 356
Carnicero jefe
Cocineros vascos en la II Guerra Mundial (no exhaustivo)


El cocinero del SS Ticonderoga era de Bermeo
 Tras la guerra, algunos siguieron navegando en transportes militares hasta su jubilación. En algún caso, llegaron a estar en la guerra de Vietnam. La mayoría volvió a la marina civil. No pocos se emplearon como cocineros  en tierra, montando sus propios restaurantes. En 1949, Martín Elorriaga, uno de aquellos chefs, se convirtió en presidente del Centro Vasco de Nueva York.